Tejidos de los indígenas Boruca, una tradición ancestral

La etnia indígena Boruca, ubicada en la zona sur de Costa Rica, en la provincia de Puntarenas, es conocida por su arte, especialmente por la confección de máscaras tradicionales con un significado histórico muy importante para la celebración del festival de los guerreros Bruncas o festival de los diablitos el cual se celebra todos los fines de año para recordar la lucha constante del pueblo Boruca contra las amenazas externas que quieren hacer desaparecer su cultura.

Las mujeres Borucas son transmisoras de muchas de las costumbres y tradiciones de su pueblo, ellas elaboran los textiles o tejidos tradicionales, costumbre que tenían las abuelas al tejer las faldas que vestían.

Falda tradicional de las mujeres borucas

Falda tradicional de las mujeres borucas

La técnica de tejer en telar de cintura y la de teñido del algodón son tradiciones ancestrales de los indígenas de este pueblo. Su origen se remonta a la época prehispánica y desde allí se ha venido conservando de generación en generación principalmente en forma oral, con leves cambios en su técnica y materiales, pero conservando en esencia el significado original.

Desde que son niñas, las mujeres del pueblo Boruca se inician en el uso de los telares de cintura, que, por cierto, de las ocho etnias indígenas reconocidas por el estado costarricense, solamente las mujeres Boruca realizan este tipo de arte el cual es todo un ritual ya que para obtener una pieza de tejido se requiere de conocimiento y aplicación de la técnica a la hora de realizar cada paso. Así mismo, la naturaleza es la que provee los elementos para obtener el producto deseado, es por esto que el tiempo de obtención de los materiales es de suma importancia, debidoespecialmente a que parte de la confección de los tejidos se hace de acuerdo a cada fase lunar como muestra de la conexión de los pueblos nativos con los ciclos de la Tierra y su conocimiento sobre la influencia de la luna en los fluidos terrestres y por ende en la extracción de tintes naturales de las plantas.

El telar de cintura es un artefacto de madera con dos extremos, uno de los cuales se ata a un árbol o poste mientras que el otro se enrolla en torno a la cintura de la tejedora, la cual permanece sentada sobre sus rodillas, por esa razón el tejido acabado sólo puede tener el ancho de su cuerpo. Los tejidos son de 100% algodón y teñidos exclusivamente con tintes naturales provenientes de hojas, semillas, cortezas y caracoles de mar. Se utilizan para hacer bolsas, centros de mesa y manteles, sombreros, individuales, faldas entre otros.

El proceso del hurdido utilizado por las artesanas

El proceso del hurdido utilizado por las artesanas

El tejido tiene dos fases, primero se hace el teñido del algodón que van a utilizar, luego, el hurdido, el cual consiste en acomodar los hilos para darle forma según la puntada y es a partir de aquí que se elabora el diseño deseado, finalmente los hilos se acomodan en el telar y se inicia el arte de tejer. 

El proceso de teñido es una técnica que se practica desde los orígenes de la cultura boruca, pero se ha visto modificada para dar con otros colores, por ejemplo, los colores más llamativos.

Anteriormente se utilizaba de manera más frecuente el algodón natural, el cual era cosechado en plantas sembradas en los alrededores de los patios de las casas, los cuales eran cuidados con bastante atención. Una vez cosechado, lo teñían y formaban los hilos para tejer; hoy día, aunque algunas tejedoras siguen utilizando el algodón natural, también compran madejas de pabilo al cual le hacen el mismo proceso de teñir.

Para teñir, las artesanas usan materiales naturales como el caracol múrice que proporciona un líquido lechoso y luego va tomando un color verde tierno hasta llegar al color morado vivo. Este color se obtiene de un caracol que habita en las áreas rocosas del mar por lo cual su obtención es una verdadera hazaña de alto rendimiento físico.Además se utilizan las cáscaras de nance, el mangle carbonero, hojas de teca, mata de azul, añil, cebolla o raíces como el “yuquillo” más conocido como cúrcuma, semillas como el achiote y la pulpa de la jícara entre otros. Es importante resaltar que cada color tiene un significado muy especial sobre todo por la historia y la conexión de la mujer indígena con la naturaleza.

A continuación, se describe el ancestral y fascinante proceso de 10 pasos que requiere de mucho trabajo físico, tiempo y cuidado:

1. Recolectar los materiales para la obtención de los colores deseados en donde la espiritualidad de los Borucas respeta mucho las fases lunares. 

2. Lavar el hilo o el pabilo que se va a utilizar para eliminar cualquier deterioro.

3. Colocar y hervir agua en ollas de loza sobre un fogón de leña.

4. Una vez que el agua esté hervida se toma el material y se masera para que suelte mejor el tinte y se mezcla en el agua hirviendo.

5. Cuando se observa que el tinte ha salido bien se coloca el pabilo dentro de la olla hirviendo. Se deja reposar de acuerdo al tono que se desea obtener.

6. Posteriormente, se agrega sal de mesa para fijar el color. También se pueden utilizar mordientes como la ceniza o sales químicas. Este paso también se puede llevar a cabo en el agua del mar, pero por la lejanía, las borucas prácticamente no la utilizan más.

7. Se deja en reposo el tinte durante un tiempo aproximado de 1 a 5 días.

8. Se saca el hilo y se lava, se debe de lavar hasta que ya no suelte color.

9. Se coloca el hilo para secar a la sombra.

10. Cuando el hilo está seco se enrolla haciendo un ovillo para luego utilizarlo en el telar.

Muchas veces la naturaleza da un color solamente una vez ya que al ser procesos artesanales los colores no son uniformes ni repetidos, haciéndolos únicos y aún más especiales para los Borucas.

Todas las herramientas utilizadas durante este proceso son completamente artesanales y manuales, las hacen de materiales de su entorno, especialmente de madera, de hule, huesos de animales muertos y de la corteza del árbol de pejibaye. Sus manos son hábiles procesadoras del textil.

Las tejedoras Boruca crean auténticas obras de arte que además representan un importante aporte económico para sus hogares; cada vez más personas valoran el trabajo detrás de estas prendas y están dispuestos a pagar el precio justo por ellas. Gracias a esta labor muchas mujeres han podido salir adelante con sus familias ya que muchas son jefas de hogar y las oportunidades de empleo para las mujeres indígenas en esta zona son muy escasas.

De los pueblos indígenas que existen en Costa Rica, sólo la cultura boruca mantiene el cultivo, hilado, teñido y tejido del algodón. Tejer tiene un profundo sentido social, ha sido y sigue siendo un emblema de la identidad individual y colectiva de este grupo ancestral a lo largo de los siglos. A través de los hilos, las mujeres borucas tejen la historia de su pueblo y hacen arte, que implica un cúmulo de saberes ancestrales transmitido a sus hijas, de generación en generación para salvaguardar su cultura y sus tradiciones.

Los sofás y las camas de nuestras habitaciones tienencojines y textiles coloridos los cuales fueron tejidos en el Taller Turí por un grupo familiar de artesanos dedicados a preservar su patrimonio cultural no solo con los tejidos sino también con la confección de otras artesanías como jícaras decoradas y máscaras tradicionales.  

Si desea llevar un recuerdo autóctono, lleno de tradición ancestral y al mismo tiempo apoyar la continuidad de la cultura boruca, visite nuestra tienda de recuerdos en donde ofrecemos textiles y otras artesanías.

 

¡Morén morén, SIBU ba qui ton ra! (en lengua Boruca)

¡Pura Vida, muchas gracias!

 

Recopilado por Esmeralda Leiva Morales, artesa boruca
Editado por Sonia Fuentes Calderón, M.Sc. Gerente, Hotel Capitán Suizo
Abril, 2020